17 de julio de 2008

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  • Por la defensa del petróleo y la Soberanía Nacional
  • Ing. Octavio Romero Oropeza, Secretario para la Honestidad y Austeridad Republicana del Gobierno Legítimo de México Catálogo de Precios de Pemex, Información presentada por el Ing. Octavio Romero Oropeza a los legisladores y a la opinión pública C.P. Arturo González de Aragón, Auditor Superior de la Federación
  • En apoyo a las iniciativas de Calderón
  • Gabriel Moctezuma Muñoz, Gerente de Control de Gestión y Desempeño de Pemex Gas y Petroquímica Básica Alonso Lujambio Irázabal, Presidente del Instituto Federal de Acceso a la Información
        Entrevista a la Senadora Yeidckol Polevnsky

      domingo, 20 de julio de 2008

      AMLO: Pemex y Calderón han gastado unos $1,500 millones en impulsar reforma

      Frontera, Coah., 19 de julio. Andrés Manuel López Obrador solicitará a Petróleos Mexicanos (Pemex) información respecto del gasto en medios de comunicación para impulsar la reforma a la paraestatal. eCon una solicitud al Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI), que hará la semana próxima, el ex candidato presidencial intenta conocer cuánto han gastado Pemex, la Presidencia de la República y otras dependencias federales, principalmente en espacios comprados a Televisa, Televisión Azteca y estaciones de radio, en la transmisión de espots para sustentar su campaña publicitaria.

      Lo anterior bajo el cálculo preliminar de que Pemex ha destinado de su presupuesto alrededor de 500 millones de pesos y todo “el gobierno espurio” unos mil millones.

      El ex candidato presidencial advirtió que el movimiento que encabeza no se confiará. En cambio, abundó, reforzará las acciones para impedir la entrega de la paraestatal a un puñado de empresarios nacionales y extranjeros. “¡Vamos a parar en serio a los vendepatrias!”, subrayó.

      Recordó que el martes próximo se realizará en el Senado la última sesión del debate petrolero, y ante el anuncio de legisladores de que empezarán de inmediato el dictamen de la enmienda calderonista, López Obrador confió en que el movimiento opositor triunfará.

      El “presidente legítimo” se encuentra en Coahuila desde el jueves pasado, y este domingo concluirá un recorrido por 19 municipios controlados por el PRI (excepto San Pedro, donde gobierna el PRD, y Escobedo, encabezado por el PAN).

      Lo anterior en el marco de su gira número 68, considerada en una estrategia que se inició en enero de 2007, con base en la cual se ha propuesto visitar cada uno de los cerca de 2 mil 500 municipios del país (incluidos los que se rigen por usos y costumbres). Hasta el momento ha ido a mil 433.

      Este sábado, en Frontera, Coahuila, preguntó:

      “¿Cuánto ha dado (Pemex) a Televisa, Televisión Azteca y a las estaciones de radio? Voy a pedir esa información al IFAI”, expresó frente a simpatizantes en este municipio –ubicado en el centro de esta entidad– que colinda con Monclova.

      “Me da gusto –agregó– que a pesar de esa estrategia de gasto millonario, manejo de los medios de comunicación y manipulación de la gente, no hayan logrado su propósito.

      “¡Qué bueno que la gente ya no se está chupando el dedo. Estoy contento porque no sólo no les ha funcionado su campaña de publicidad, sino porque hemos ganado el debate (en el Senado), y estoy seguro de que en la consulta ciudadana ganará el no a la entrega de recursos petroleros”, resaltó.

      López Obrador promueve estos días, en plazas públicas y locales cerrados, la participación ciudadana en la consulta sobre la reforma energética, que se llevará a cabo en tres fases: 27 de julio y 10 y 24 de agosto; en esta última fecha están incluidas las entidades del norte.

      Al respecto, anunció que tras conocer la opinión de la gente “vamos a definir una estrategia”, ante la posibilidad (como han advertido legisladores panistas) de que al término del debate en el Senado arranque el proceso para dictaminar las iniciativas de cambios entregadas a la cámara alta por Felipe Calderón.

      “Si la gente dice no (en la consulta) y a pesar de ello quieren imponerla, ya estamos preparados; la gente está dispuesta a movilizarse”, advirtió.

      Nos robaron el 10 de mayo

      En municipios y ejidos áridos, pobres, donde la población joven ha migrado hacia el país vecino, los asistentes a las reuniones con el ex candidato presidencial expresaron sus inquietudes y problemas.

      El político tabasqueño escuchó historias acerca de la debacle de poblaciones enteras tras la privatización de empresas públicas, especialmente Ferrocarriles Nacionales de México, que era motor de desarrollo.

      También oyó denuncias acerca de amenazas de autoridades priístas contra aquellos que acudieran al mitin convocado por simpatizantes de López Obrador, pero sobre todo testimonios de mujeres mayores y discapacitadas que se han quedado solas porque sus hijos tuvieron que migrar a Estados Unidos como única alternativa para encontrar un empleo mejor remunerado.

      “Calderón nos ha dejado sin 10 de mayo, sin Navidad. La gente que queremos está del otro lado (Estados Unidos), y cada vez se arriesga menos a venir por miedo a ya no poder cruzar nuevamente, así que mejor se quedan por allá”, dijo una señora del ejido Primero de Mayo.

      El país ha caído en desgracia, resaltó López Obrador, “y todavía hay quienes aplauden a la mafia del PRI y del PAN”. Fabiola Martínez (Enviada). La Jornada.

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      Bajo la Lupa

      La insolvencia del sector privado neoliberal en los países del G-7 y la OTAN (ya no se diga en sus excrecencias periféricas como España) ha desembocado en colosales nacionalizaciones bancarias en Gran Bretaña, Alemania y ahora Estados Unidos con la quiebra de Fannie y Freddie, al unísono del retorno del nacionalismo político. Son tiempos de la desglobalización, que subsume nacionalizaciones y el retorno del nacionalismo pero, sobre todo, de la desprivatización, la renacionalización y la restatización de los hidrocarburos que reflejan el incipiente orden multipolar y su nuevo orden geoenergético mundial, donde las empresas de los estados nacionales concentran ya 95 por ciento de las reservas de hidrocarburos, frente a un exiguo 5 por ciento de las trasnacionales privadas, primordialmente anglosajonas, en vías de desmoronamiento.

      Por tal motivo, no hay que asombrarse del giro realista del gobierno de Lula y del liderazgo empresarial nacionalista de Brasil, quienes reclaman a coro la renacionalización total de Petrobras, a raíz de los pletóricos descubrimientos en el océano Atlántico, que no desean compartir ni regalar a sus socios foráneos actuales, como se desprende de las declaraciones de José Sérgio Gabrielli de Azevedo, director de Petrobras; Edison Lobão, ministro de Minas y Energía, y Ricardo Amaral, un prominente empresario.

      José Sérgio Gabrielli de Azevedo instó al aumento de impuestos y otro marco legal a las trasnacionales privadas de hidrocarburos que operan en Brasil: “la legislación actual fue resultado de una regulación hecha para atraer a compañías que fueran capaces de asumir los riesgos exploratorios. Petrobras asumió esos riesgos. Pero hay regiones en las que el riesgo exploratorio es mínimo” (El País, 6/7/08). Brasil no desea compartir, y menos regalar, la inmensa riqueza de sus recientes descubrimientos, que pueden convertir a Petrobras en la quinta empresa energética mundial. ¡Al revés de Calderón y sus aliados priístas!

      Petrobras es una empresa controlada por el Estado brasileño (55 por ciento de sus acciones con derecho a voto), mientras el restante pertenece al sector privado (en su mayoría foráneo), que ha descolgado suculentas ganancias, como la pirata española Repsol, que carece de tecnología de punta y cuyo país de origen no posee hidrocarburos.

      Gracias a su tecnología en aguas ultraprofundas, Petrobras es quien ha descubierto los nuevos yacimientos, que pueden alcanzar la mirífica cifra de 33 mil millones de barriles de petróleo que, a un precio de 100 dólares el barril, equivaldrían a más de 3 billones de dólares, que no desean compartir con las parasitarias trasnacionales privadas.

      Gabrielli de Azevedo sostiene que el aumento de impuestos va dirigido a las “concesiones en nuevas áreas”, lo cual confiere al gobierno una “capacidad de intervención” en sus prioridades y en la “velocidad de las inversiones”. Petrobras no desea depender de la voluntad unilateral y discrecional de las trasnacionales privadas, cuando su objetivo es duplicar su producción presente, de 2.3 millones de barriles al día. Lo que sucede es que las trasnacionales privadas ganan en sus activos bursátiles con la simple posesión de reservas sin necesidad de explotar (a expensas de los planes del país anfitrión).

      Nadie lo dice, pero la privatización parcial de Petrobras del entreguista ex presidente Fernando Henrique Cardoso, quien resultó un fundamentalista neoliberal y un vulgar peón de las trasnacionales, se escenificó durante el auge de la globalización financiera mediante el chantaje de la banca israelí-anglosajona, asociada a las grandes trasnacionales petroleras de Estados Unidos y Gran Bretaña, que presionó en los “mercados” la cotización de la deuda soberana brasileña. Esta historia macabra, en la que participó el megaespeculador George Soros, mediante su control del banco central de Brasil, aún no se escribe en plenitud.

      Pero no es lo mismo 1997, fecha de la forzada privatización parcial de Petrobras, que 11 años después, cuando el modelo neoliberal global se ha desfondado.

      Mas acorde con los tiempos “modernos”, que significan etimológicamente las “tendencias presentes”, Edison Lobão, ministro de Minas y Energía, consideró que “lo ideal es que Petrobras administre todas (sic) sus reservas” en las aguas ultraprofundas: “en la actualidad 60 por ciento de las acciones se negocian en una bolsa de valores, y 80 por ciento de ese total está en manos de los estadunidenses. No podemos entregar toda esta riqueza a un puñado de inversionistas” (O Estado de São Paulo, 15/7/08).

      Después de proponer cambios al marco jurídico y hasta la creación de una nueva empresa estatal para administrar los resultados de las licitaciones, Edison Lobão afirmó que los últimos bloques licitados por la Agencia Nacional del Petróleo, Gas y Biocombustibles (ANP) “serán retomados (¡súper-sic!) por el Estado a causa del retraso en el cronograma de explotación”, ya que las trasnacionales privadas foráneas ExxonMobil y Shell “no han sido capaces de explotar los bloques en el periodo especificado en el contrato de concesión”, debido a la falta de equipo en el mercado mundial por escasez de plataformas, perforadoras y navíos-sondas.

      ANP admite que Brasil no debe precipitarse a la subasta de bloques en las aguas ultraprofundas.

      Al contrario del entreguista neoliberal Cardoso, el gobierno de Lula ajusta la nueva correlación de fuerzas del flamante orden geoenergético mundial, dominado por los estados nacionales, para beneficiar a Brasil, que parece haber iniciado la desprivatización y renacionalización de Petrobras, a grado tal que se plantea crear una empresa adicional de hidrocarburos propiedad 100 por ciento del Estado.

      El prominente empresario y financiero Ricardo Amaral, con un doctorado en economía, sacudió a Brasil con su proclama persuasiva, en un extenso estudio proyectivo, para renacionalizar Petrobras: “es imperativo que el gobierno brasileño siga la principal tendencia global y comience a renacionalizar lo más pronto posible a Petrobras” (RGE Monitor.com, 10/7/08).

      La razón principal que aduce se basa en el prodigioso flujo de caja con el que contarán en los próximos 20 años los países petroleros del Golfo Pérsico, que descolgarían, a un precio módico de 80 dólares el barril, un mínimo de 40 billones de dólares, ¡73.3 por ciento del presente PIB mundial!

      Parte de tal fortuna de los hidrocarburos, Calderón y sus aliados priístas pretenden regalarla a las parasitarias trasnacionales gallegas y texanas, cuyos países de origen se encuentran totalmente desfondados financiera y económicamente. Alfredo Jalife-Rahme. La Jornada.

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      Trapos al sol, e intentos de legalizarlos

      Tal vez la sesión del pasado jueves 17 en el Senado haya batido récord por la cantidad de trapos sacados al sol. De este proceso de análisis y debate, en torno al proyecto de cambios legales relacionados con Pemex, y enviados por el gobierno federal, ha habido otras sesiones que destacaron, por ejemplo, por el amplio consenso de quienes presentaron ponencias contra algunos aspectos de esa iniciativa legal. Pero ahora fue toda la exhibición de ilegalidades en, o en torno a, Pemex. Un caso muy visible fue el de “perdonar” o devolver impuestos a empresas gigantes, que acaban pagando cantidades ridículas, y luego “tapar el hoyo” con dinero de Pemex. Ahora se planteó en el Senado, y hace como dos semanas se presentó una ponencia con contenido similar ante el foro que se celebra en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.

      Otras ponencias se refirieron a contratos que al final triplican su costo, alquiler a trasnacionales de equipo viejo y a precios inflados; retraso de dos años para reconfigurar una refinería, pero duplicando el precio originalmente pactado, sin sanciones para la empresa por el retraso y sin que se hayan fincado responsabilidades.

      Otra empresa rentó al mismo tiempo tres plataformas petroleras por cinco años (con ese tiempo se compraría más de lo que se renta) a dos empresas brasileñas y a Pemex, pero a esta última se le envió la más pequeña cobrándole 300 millones de dólares de más. Y así sucesivamente.

      Al mismo tiempo, seguían publicándose, el mismo día, informes sobre los 108 contratos de una empresa de la familia Mouriño con Pemex. Y se sumaban los ejemplos en el Senado, como el pago a Repsol, en la cuenca de Burgos, de 125 por ciento de costos indirectos. Para quien quiera más detalles, en este diario el jueves pasado se publicaron cuatro amplios artículos y dos grupos de títulos y subtítulos en la primera plana.

      Quiero ahora referirme a las principales partes de la citada iniciativa de reformas legales sobre Pemex que tienden a facilitar este tipo de acciones ahora ilegales y a “legalizar” buena parte de ellas. Insisto en que sólo hablamos de los cambios que se quieren hacer y tienen este sentido o este resultado.

      Nos referimos en todos los casos a la Ley Orgánica de Pemex, que se plantea que se promulgue. Veamos partes del artículo 45:

      “Petróleos Mexicanos y sus organismos subsidiarios, bajo su responsabilidad y previo dictamen correspondiente, podrán optar por no llevar a cabo el procedimiento de licitación pública y celebrar contratos a través de los procedimientos de invitación a cuando menos tres personas o de adjudicación directa, en los casos siguientes:

      “II. Los servicios de evaluación de riesgos, coberturas y servicios financieros, siempre y cuando dichas operaciones se realicen en condiciones competitivas de mercado y privilegiando la confiabilidad y especialización en el ramo de que se trate;

      “IV. En el caso de refaccionamiento o servicios relacionados con la instalación, mantenimiento o conservación de equipos industriales del fabricante original del equipo o maquinaria, a fin de mantener la garantía técnica del mismo.”

      Y numerosos casos más. Adjudicaciones directas de contratos, por caros que sean. Evítese las molestias, se diría al alto funcionario, de que lo vuelvan a sorprender “arreglando” concursos. Adjudique directamente.

      Ahora, el artículo 46:

      “Petróleos Mexicanos y sus organismos subsidiarios podrán celebrar contratos en los que se pacte una remuneración fija o variable, determinada o determinable, con base en las obras y servicios especificados al momento de la contratación o que el desarrollo del proyecto exija con posterioridad. Petróleos Mexicanos podrá condicionar a que el proyecto genere ingresos para cubrir los costos correspondientes, y podrá pactar incentivos tendientes a maximizar la eficacia o éxito de la obra o servicio, los cuales serán pagaderos únicamente en efectivo.” Esto facilita pagar de más a las empresas, claro, a cambio de su agradecimiento.

      Veamos ahora el artículo 37:

      “Petróleos Mexicanos contratará en favor de los miembros del consejo de administración y del director general, los seguros, fianzas o cauciones que cubran el monto de las posibles indemnizaciones por los daños o perjuicios que llegaren a causar a dicho organismo y sus organismos subsidiarios.”

      Por si fuera poco la impunidad ya establecida, se agrega esta protección contra “daños y perjuicios que llegaren a causar a dicho organismo y sus organismos subsidiarios”. Se les protege contra delitos o faltas que las leyes “normales” penalizan o sancionan.

      El legislador que llegara a votar en favor de esta iniciativa gubernamental estaría ayudando a legalizar, entre otras, las acciones indefendibles que fueron hechas públicas el jueves y antes de ese día. Quiero señalar que estos propuestos cambios a las leyes están dentro de las Trece líneas rojas que hizo públicas el Comité de Intelectuales en Defensa del Petróleo, como aquellos puntos inaceptables del citado proyecto. Antonio Gershenson . La Jornada.

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      El subsuelo del debate

      Todos a una, pero dejando las huellas de cada quien. Tal podría ser la conclusión de nuestra triste saga como país de madrugada que al anochecer descubrió las bondades de la ilusión democrática. El pluralismo se volcó en una interminable disputa por recursos financieros públicos cada día más escasos, y el diálogo y la concertación se volvieron pretexto vulgar para arremeter sin concesiones contra la riqueza del subsuelo y volverla moneda de uso para el gasto corriente del Estado: Federación, estados, municipios, judicatura, ifes y demás. Así lo consignó con claridad el auditor superior de la Federación en su participación en el Senado de la República, de la que dan buena cuenta los reportes de Andrea Becerril y Enrique Méndez (La Jornada/18/07/08). Sus cifras son contundentes y sus juicios deberían servir para recuperar el centro de la cuestión petrolera que la alharaca tecnocrática busca poner bajo tierra, como auténtico secreto cabalístico. Todo con tal de no entrar de lleno al tema distributivo que siglos de concentración han conseguido volver cultura del privilegio pero que ahora, con un país mayor acosado por la penuria material, no hace sino envenenar la riña petrolera.

      El ingeniero Jiménez Espriú, en estas páginas, nos alerta sobre las “sorpresas” que subyacen a la iniciativa de reformas petroleras del gobierno y es eso, en efecto, lo que requiere el país en estas horas de decisión: estar alerta.

      Pero al mismo tiempo, urge desplegar ingenio político para no quedar atrapados en la verborrea implacable de quienes se empeñan en confundir los términos del debate y todavía buscan “darle” a la iniciativa del presidente Calderón una salida, un beneficio de la duda, que le permita salvar cara y, nada menos, ponga a Pemex en la ruta de una urgente rehabilitación. No es de eso de lo que nos han hablado la discusión y la documentación del problema petrolero.

      No está en juego la autoridad del Presidente o su gobierno en esta jornada. Incluso, puede especularse que el retiro razonado de sus iniciativas redundaría en presencia y reconocimiento políticos, en momentos en que ambos son más caros que el crudo de Arabia. Mal harían los priístas y otras “gentes de razón” en aceptar este extraño razonamiento rescatado del presidencialismo más corriente, que ahora busca “perfeccionar” el paquete, quitarle su inflexión privatizante, abrir la rendija para asociaciones innecesarias y hasta la fecha injustificadas, aunque Vietnam o Cuba las lleven a cabo y las busquen con vehemencia.

      Lo que se juega es un tema mayor que sin duda pasa por la (re)configuración de la industria petrolera nacional, cruza un sector eléctrico que vive vidas paralelas con su principal proveedor, y que sin duda desembocará en desafíos y sacrificios grandes que no se han hecho explícitos ni explicado a la población, como los que se derivan de nuestra obligada transición energética y de los compromisos que México debe adoptar en la campaña contra el cambio climático que ya llegó. De todo eso y más se ha hablado y tendrá que hablarse más y en detalle en adelante. Pero aquí, con todo y su magnitud, el juego apenas empieza.

      Lo que ha empezado a emerger a lo largo de estos meses de reflexión nacional es la ingente debilidad del Estado y su decreciente capacidad para gobernar el cambio interno, turbulento y ensangrentado por la violencia criminal y, a la vez, darle curso al país en su conjunto en medio de unas tormentas globales que, como pudo constatarse hace unos días en Japón, los poderosos no quieren o no pueden capear para llevar al mundo a algún puerto de abrigo. Todo lo contrario: por debajo y más allá del insufrible verbo de los “ocho”, que para algunos de los “cinco” parece mensaje celestial, brilla un sálvese quien pueda que deja a la economía mundial al garete y a buena parte de la geografía planetaria a merced de las inclemencias de un tiempo hostil, unos suelos degradados y unas tijeras maltusianas que amenazan con los peores panoramas.

      Para sobrevivir como comunidad y no convertir a la emigración en proyecto nacional, el país necesita con urgencia un Estado con recursos financieros y físicos de los que hoy carece. Requiere de un gobierno en condiciones de imponer y recaudar, que hoy no tiene, y le urge una administración pública organizada para gastar mucho, pronto y bien, que hizo mutis cuando el canon neoliberal se impuso e impuso en las mentalidades nacionales la leyenda negra del Estado maligno a la vez que innecesario.

      Son estas capacidades que no se pueden importar ni vienen con ningún tipo de inversión trasnacional, las que hay que inventar o redescubrir al calor y a partir del debate y la consulta sobre el petróleo. En primer término, la voluntad de ser Estado y no sólo comunidad agrupada por el miedo o la resignación y, por tanto, de ser legítimos y probarlo con impuestos y gastos, así como con un ejercicio racional de la autoridad que hoy quiere decir sobre todo respeto y fomento de los derechos humanos como cultura y credo nacionales.

      Sólo así podremos aspirar a ser globales, aunque la tarea de ser potencia quede para otro round de la historia. Es de estas capacidades imaginadas, que no imaginarias, de lo que se trata. De convencernos que no podemos siquiera hacer eso, imaginarlas, se trata la campaña oligárquica en curso. No hay nada o muy poco más allá de esto, porque es suficiente. Rolando Cordera Campos. La Jornada.

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      El gobierno y Pemex tienen la posibilidad de construir refinerías, afirman expertos

      Carolina Gómez Mena. La Jornada

      El gobierno federal no construye refinerías porque no quiere, no porque no pueda, pues Petróleos Mexicanos (Pemex) y el país están en condiciones de hacerlo, señalaron Carlos Tello Macías y Felipe Ocampo Torrea, quienes al participar en el foro “Petróleo para principiantes: todo lo que quisiste saber y no te atreviste a preguntar”, organizado por el grupo Farándula, aseguraron que las tesis para convencer que se debe apoyar la reforma energética y así “permitir la entrada de capital privado” son falaces. Durante el encuentro, organizado por actores que dejaron en claro que hasta ahora parecía que el sector estaba fuera del debate pero en realidad muchos están “conscientes de que el petróleo hay que defenderlo”, se resaltó que los gobiernos se han encargado de “debilitar” a Pemex y de cerrar la oportunidad para que se construyan nuevas refinerías, con las cuales “no habría necesidad de traer gasolina de la India, como rezan algunos espots pro reforma”.

      “Ahora lamentan la situación, pero fueron ellos los que provocaron esto, porque el crudo no sirve sin refinarlo. La única manera de obtener gasolina es haciendo refinerías, y si no las construimos no vamos a ser autosuficientes, porque la demanda sigue creciendo”, señaló Ocampo Torrea, del grupo Ingenieros Constitución de 1917, quien manifestó que, “con el afán de limitar la capacidad de la paraestatal, durante los últimos años Pemex ha corrido a 10 mil ingenieros, quienes han sido sustituidos con cuates, administradores y júniors recomendados que no trabajan”.

      Durante las exposiciones se hizo un desglose de las “mentiras” con que se quiere hacer creer que es urgente la entrada de la iniciativa privada a la paraestatal, así como que si trasnacionales establecen refinerías las ganancias se quedarán en México. “Solamente a un bobo se le ocurre decir eso, porque se van a ir.”

      En cuanto a la corrupción que se dice hay en Pemex y en el sindicato petrolero, sostuvieron que uno más de los “argumentos falaces” es que con las trasnacionales podría acabarse con esa práctica, pero éstas, por mucho, superan las posibilidades de corromper. “Se dice que para que termine la corrupción tienen que entrar empresas privadas, pero ¿éstas son impolutas? No.”

      En ese sentido, Ocampo señaló que las petroleras extranjeras son tan poderosas que ni siquiera el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, es capaz de controlarlas. Por tanto, dijo, es irrisorio pensar que Felipe Calderón pueda pensar siquiera que las va a poder manejar si las deja entrar.

      Una mentira más con que se quiere convencer de las bondades de la reforma gubernamental es el dicho de que México tiene crudo sólo para nueve años más. En ese sentido, desglosaron las diferencias entre reservas probadas, probables y posibles, “así como el término inventado de reservas prospectivas, las que en el lenguaje petrolero no existen y equivalen a lo que para nosotros sería, en cuanto a obtener dinero, comprando el Melate”.

      Ocampo explicó que si se hace una división de lo que hay de reservas probadas y la producción actual ello da como para entre nueve y 10 años, lo cual “no quiere decir de ninguna manera que se vaya a terminar el crudo en ese lapso como insidiosamente nos quieren hacer creer. Esos campos van a ir declinando, pero habrá otros y esos tendrán una vida de por lo menos 30 años”.

      En suma, aseguraron que los nueve años son de reservas probadas, y éstas son las que cuentan con estudios. Por tanto, se tiene 90 por ciento de posibilidades de extraer crudo.

      Las probables –dijo– “son las que tenemos estudiadas. Sabemos que están ahí, pero únicamente tienen 50 por ciento de posibilidades de sacarlas, y las posibles únicamente tienen 10 por ciento de posibilidades de ser explotadas”.

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      Opción para crear refinerías, cobrar a consorcios impuestos que eluden: Jalife

      Elizabeth Velasco C. La Jornada

      La riqueza obtenida por Petróleos Mexicanos (Pemex) en 2007 fue de 104 mil millones de dólares, monto superior al producto interno bruto de Chile, y de ser cierto lo que pregona el gobierno de Felipe Calderón, “de que no tiene recursos para construir dos refinerías”, hay salidas de sobra. Una es que se cobre a los poderosos consorcios los millonarios impuestos que eluden, estableció el reconocido analista en asuntos internacionales Alfredo Jalife-Rahme. Durante su participación en el décimo tercer foro organizado por el Club de Periodistas de la ciudad de México, “Pemex: el resumen del debate”, el también colaborador de La Jornada destacó que “es un cinismo” del gobierno de Calderón asegurar que la paraestatal no tiene ingresos suficientes para impulsar su desarrollo.

      Las paradójicas afirmaciones de Calderón, con las cuales trata de justificar la privatización de Pemex, manifestó el especialista en geopolítica, se dan cuando en el ranking más reciente de la revista Fortune Global la paraestatal, entre las 500 empresas con mayores ingresos por ventas, se ubica en el lugar 40, mientras la petrolera de Brasil, Petrobras, en el 60 y la española Repsol en el 90.

      “¡Y Calderón quiere regalar el lugar 40 al 90!”, expresó en alusión a la “entreguista reforma” que promueve el mandatario panista, en la cual se considera la venta de la petrolera mexicana a trasnacionales estadunidenses y españolas, entre ellas Repsol, la cual, “sin petróleo ni gas, tiene dos empresas en este país que están ganando más que en ninguna parte del mundo”.

      El analista se refirió a la participación de Repsol en nuestro país: “22 por ciento del gas se ha privatizado de manera silenciosa y está en manos de firmas españolas, entre ellas Repsol, acción promovida cuando Calderón se desempeñó como secretario de Energía y el hoy secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, como subsecretario.

      “Esta dupla compró a Repsol en 21 mil millones de dólares el gas que obtuvo en Perú en 5 mil millones de dólares”, expresó respecto del fluido que la española revendió a la Comisión Federal de Electricidad.

      “No queremos esas intermediaciones calderonistas, a través de las cuales se pretende repsolizar Pemex. ¡No vamos a aceptarlo!”, aseveró el analista político en medio de aplausos y aclamaciones de decenas de asistentes.

      Sobre las alternativas para fortalecer a la paraestatal, el ex asesor del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México se refirió a la necesidad de cobrar impuestos a 200 grandes corporativos del país que eluden al fisco mediante diversas maniobras, “en vez de usar los ingresos de Pemex para subsidiar a esa bola de empresarios coyotes que no pagan impuestos y que el año pasado se quedaron con casi 70 mil millones de dólares”.

      Subrayó que de los 90 mil millones de dólares que tiene el Banco de México como reservas, se puede disponer de 30 mil millones para la adquisición de tecnología. “Nos quedarían todavía 60 mil millones, que aún serían superiores a los 58 mil millones que tienen los estadunidenses.”

      Jalife recordó que la tendencia mundial en los países con recursos petroleros es la “desprivatización y estatización de los hidrocarburos”. Ilustró: “95 por ciento de reservas mundiales de hidrocarburos se encuentran hoy en manos de estados nacionales”. Detalló los casos de Rusia y Brasil, entre otras naciones que se han sumado a ese proceso, como Argentina y Venezuela.

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      lcanza para 9 refinerías con los $680 mil millones devueltos a IP

      Con la mitad de ese dinero que regresó Hacienda a corporativos durante el gobierno de Vicente Fox se podría reactivar a la paraestatal, asegura vicepresidente de la Canacintra

      Susana González G. La Jornada Los 680 mil millones de pesos que el gobierno de Vicente Fox devolvió a grandes corporativos del país por la existencia de tratamientos fiscales especiales, según documentó la Auditoría Superior de la Federación (ASF), representan 2 mil 600 veces más el presupuesto de Petróleos Mexicanos (Pemex) de este año destinado a proyectos de inversión física o de infraestructura (260 millones, según el Presupuesto de Egresos de la Federación), o 13 veces más el monto de los daños físicos causados en cinco entidades por los huracanes Wilma, Dean y Emily en 2005, de acuerdo con cifras del propio gobierno federal.

      Para Gilberto Ortiz, vicepresidente de la comisión de petroquímica de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), los 680 mil millones de pesos servirían para construir nueve refinerías, si se toma en cuenta que el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa plantea que se requieren 75 mil millones para edificar una, aunque para especialistas del sector energético el gasto podría ser de la mitad.

      Los fondos devueltos superan además en 9 por ciento los ingresos extraordinarios que Petróleos Mexicanos (Pemex) obtuvo durante los siete años recientes, es decir, entre 2001 y 2007, que ascendieron a 623.3 mil millones de pesos, triplican el subsidio para gasolinas y representan casi 10 veces más los 72 mil millones destinados para amortizar la deuda contratada con particulares mediante el esquema de Pidiregas, según se desprende de estadísticas de la paraestatal y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

      Otra desproporción salta a la vista respecto de la carga fiscal impuesta a Pemex: en el primer cuatrimestre de 2008 la paraestatal tuvo que pagar 93 por ciento de sus ingresos brutos, de acuerdo con datos de la SHCP, lo que representó 349.6 mil millones de pesos, pero esa cifra equivale a la mitad del dinero devuelto a los industriales.

      Si se considera que anualmente se importan 200 mil millones de pesos en gasolinas y 180 mil millones en petroquímicos, señaló Gilberto Ortiz, entonces bastarían 300 mil millones para fabricar dichos productos en México, es decir, menos de la mitad de lo regresado por la Secretaría de Hacienda a los grandes corporativos en el sexenio pasado.

      De entrada, aseveró, sería suficiente crear tres refinerías y así reactivar el mercado interno y dejar de importar derivados del petróleo, ya que a la fecha existen sólo cinco, pero operan a 80 por ciento de su capacidad, mientras que de 61 plantas petroquímicas sólo funcionan 39, por lo que hace falta “recuperarlas” para aprovechar la infraestructura existente.

      Los 300 mil millones de pesos que el representante de Canacintra y especialista en energéticos propone para Pemex se refieren sólo a “inversión física”, que para este año sólo será de 260 millones. Dicho rubro, explicó, se refiere tanto a todas las funciones de mantenimiento como a la creación de proyectos e infraestructura petrolera; por ejemplo, tareas de exploración y explotación, o la recuperación y mantenimiento de pozos, plataformas y ductos, y “tendría que incluir la construcción de refinerías y plantas petroquímicas, pero eso no se ha hecho desde hace años”.

      Más de la cuarta parte del presupuesto actual

      Si las comparaciones del capital que recuperaron los grandes consorcios se hacen respecto del actual Presupuesto de Egresos de la Federación, el más alto en la historia del país, resulta que significa 26.4 por ciento de los 2 billones 569 mil millones de pesos aprobados para este año.

      Los recursos que, de acuerdo con la ASF, fueron devueltos prácticamente cuadruplican los 173.49 mil millones de pesos asignados este año a la Secretaría de Educación Pública, triplican el presupuesto de 190 mil millones destinado a aportaciones para seguridad social, representan casi 10 veces más el gasto anual de la Secretaría de Salud, 13 veces más el de Desarrollo Social y 20 veces el presupuesto de Energía, los cuales fueron establecidos en 69.4, 50 y 35 mil millones de pesos, respectivamente.

      Inclusive, el presupuesto conjunto de las cuatro carteras del gabinete de seguridad (PGR y secretarías de Seguridad Pública, de la Defensa Nacional y de Marina), que asciende a 76.5 mil millones de pesos, representa apenas 11 por ciento de los 680 mil millones de pesos.

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